Soñé al silencio de tu mar asida,
busqué refugio entre tus brazos,
en tu cuerpo abatido por tanto ardor…
y volví a soñar con el silencio de tu voz,
que me habló de ti, de mí…
pronunció mi nombre y dibujó una sola palabra
en el silencio de un vacío.


Se ahoga mi garganta en llanto,
en ese eterno vaivén que nos aleja,
amor distante que el viento mece…
sendero oscuro sin apenas luz
en cadena de pasiones y lujuria
que tu deseo brinda a mi quebranto,
adormeciendo el silencioso grito, de este llanto.



Se que la noche sin ti, es larga…
sin tus manos en mi piel estremecida,
sin mis labios abiertos al placer de tus caricias…
pero siento en cada instante el roce de tu boca,
en esta tibia estancia sembrada de llamas y penumbras.
Quizás no exista, ni tiempo ni distancia,
tal vez estás aquí… y yo te abrazo
en el más bello sueño de mis noches.



Paramos lo relojes, nadé contigo a ciegas
bebiendo de nuestra sed hasta saciarnos,
dibujaste con tus dedos armonías,
y nuestra piel continuó hambrienta de saliva…
Hoy me sitúo frente a tu capricho, a tu prisa,
hoy amor, quiero ser la líder, imponer mi voluntad…
Hoy quiero... que nada quede a medias.